Cuarta Prueba – Aplazada
Un
hombre alado, anciano y barbudo, de cabello desordenado, completamente vestido con
una túnica y calzando coturnos, esparce ardientes cenizas… es la imagen de
Skirion, el dios-viento de noroeste. Viento frío seco y violento que nosotros llamamos
Mistral, baja montañas, colinas y corriendo desde el Valle del Ebro hasta
nuestra rada, sopla esta mañana con rachas de temporal duro.
Es
invierno de un nuevo año y la Liguilla Dos Estaciones se queda en puerto una
vez más, azotada por condiciones meteorológicas adversas. Pasan los meses y no
conseguimos navegar. Una sola prueba disputada hasta ahora…
Ayer
sábado fue Libis, un impetuoso Suroeste de más de treinta nudos el que canceló
una vez más la prueba de Tripulación Reducida, la cuarta prevista.
Puedo
recurrir a la antigua mitología y a la literatura para vestir de romanticismo a
los vientos y a aquello que en realidad acaba siendo una desdicha para la
numerosa afición que queda sin soltar amarras, sin izar velas y que permanece
con un grandilocuente punto interrogante tras una mañana de aplazamiento.
El
Puerto parece tranquilo. El llaüt del Comité espera amarrado antes de zarpar y
asomar la roda más allá de las cascadas donde el mar crece espumoso y sin forma,
que arrastrando espuma rompe… La curiosidad y esperanza nos anima a salir a
bordo de él, a ver lo que tememos que es, a comprobarlo cual incrédulos
navegantes deseosos de hacernos a la mar y competir: pero el anemómetro supera exuberantemente
los cuarenta nudos y regresamos a tierra. Mi amigo Pedro, armador del Nadir V y
yo, nos miramos con condescendencia y asentimos junto con el Comité al completo
ante lo inevitable…
A
partir de las doce se aplaza definitivamente la regata y escribo “se aplaza”
puesto que en el aula de la escuela, nuestro entusiasmo se hizo con el
calendario para encontrar fechas disponibles e intentar recuperar todas las
jornadas perdidas y canceladas. Con el buen hacer del Comité y contando con la
generosa disponibilidad del Club de Vela, ahora ya tenemos días en fines de
semana para navegar, para competir y sobretodo para ir al encuentro de
designios favorables a nuestra Liguilla…
¡Y es
que queremos navegar!
Luca
Monzani
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