miércoles, 22 de mayo de 2013

Gran finale de la liguilla del Club de Vela. Drama en clase 3/4 hasta el final.


XVI Liguilla Dos Estaciones – Club de Vela Puerto de Andratx – 18 de mayo de 2013

 Trofeo Presidente - Undécima y última prueba

 Con su forma de volar perezosa e imperturbable, el halcón Eleonor domina nuevamente los acantilados de la Dragonera. Los crepúsculos se llenan de sus vuelos nupciales lanzándose en vertiginosos picados sobre el mar y persiguiéndose unos a otros a gran velocidad en estrepitosos grupos. La XVI Liguilla Dos Estaciones llega hoy al gran final celebrándose, además, en esta prueba el tradicional Trofeo Presidente, con un parte meteorológico de temporal de suroeste en todo el litoral… Una vez más, un mar violento con viento duro se enfrentaría a los “actores” del Club de Vela. Éstos en tierra atesoran esfuerzo, camaradería e ilusiones... en el mar, surcan sus afanes amarinando la propia afición en un desafío de conmovedora belleza.

La grandilocuente presencia del medio acuático esconde en la superficie aunque solo aparentemente, un inmenso poder que va más allá de la temerosa profundidad en la que se mece la oscuridad y hace frío. Junto con los vientos y la costa que lo delimita, la existencia en él es genuina y desnuda… Entre azules y celestes sopla el aire en impulsos que forman las velas y dan rumbo a mi balandro. Se curten de sal mis ropas y mi rostro; mis húmedas manos se aferran firmemente al timón; mi tripulación se atrinchera en el barco haciendo banda sentada sobre la regala, sintiéndolo y sufriendo como él en las fuertes y continuas embestidas de esta naturaleza genuina e impávida, manteniendo la fuerza y el coraje necesarios para navegar con sagaz compostura.

Hoy no iba a ser un día cualquiera o una regata más… hoy sería uno de esos días para recordar… Hoy sale el ganador de esta trepidante pugna, nuestra Liguilla, en sus dos clases. Una última regata no descartable. Precisamente aquí está la cuestión principal: acabar la prueba independientemente del resultado para no hundirse en las profundidades de la clasificación ya que un DNF, equivalente a “no terminó”, significaría puntuar el total de participantes inscritos más un punto… En el escenario más emocionante, la clase 3/4, aritméticamente cabía cualquier posibilidad entre la “cuadriga” de esta competición, Andiria, Bachibuzuk, Cremise y Macarella; en la clase 1/2 la dominancia del Nadir V era tal, que no dejaba demasiadas opciones a los demás salvo aconteciéndole una improbable calamidad, dado el escrupuloso y elevado nivel de preparación de todo el equipo. Aun así, habríamos de navegar en un escenario difícil.

En la línea de salida, suroeste de veintitrés a veintiséis nudos. Recorrido con desmarque al 240º a dejar por estribor, arrumbando tras este a la isla Mitjana dejándola por babor, siguiéndole una baliza al sur del Cabo Llebeitg que deberíamos virar por babor para dirigirnos a la llegada frente al faro rojo en la entrada del puerto: dos vueltas para los grandes y una para los pequeños. Muchos imprecaron a la fatalidad en el pantalán, alimentando la quimera de una suave y placentera singladura abandonando sin competir. De los mayores, huérfanos de muchos, salieron solamente seis: Azahar, Fragil V, Margarita, Nadir V, Ropit IV y The Italian Job III. Junto a sus tripulaciones ataviadas en ropas de agua tomando rizos en las mayores e izando foques, estos hincaban sus proas en los senos de las olas con vehemencia, haciéndolas desaparecer  y sus crestas blancas invadían las cubiertas en una mar crecida y desordenada. La eslora marcaría esta primera ceñida mientras se preparaba la salida siguiente. Se contaban en la línea de salida “la cuadriga”  y alguno más: Always, Arco Iris, Southern Gael y Señor Boc… No dejamos de marcar al Bachibuzuk alejándonos y acercándonos a su estela, corriendo la línea, siguiéndole, presionándole y colocándonos a sotavento de él y de los demás, en una espectacular salida.

El “trimmer” de mayor, Juan, caza la escota tras una ola grande… un
repentino, seco y aterrador estallido trasforma en un abrir y cerrar de ojos a nuestra mayor en una hosca, indómita cuanto inútil vela… el foque seguía haciéndonos puntear contra el viento… Bordo a bordo con Cremise,  intentando Julián ganar la posición por barlovento mientras Eduardo en el Andiria escapaba con Pau Toni y sus muchachos hacia una vulnerable boya hinchable amarilla, nuestra determinación seguía entera, negociando entre los violentos y ensordecedores chasquidos del laminado y las hebras de fibra de carbono, una rápida recuperación. Con la mayor izada nuevamente gracias a un providencial amantillo, viramos a rumbo y gritamos con furor ensalzando nuestra resolutiva maniobra. A partir de ese momento, los cuatro barcos fuimos en fila y yo rezando, para que el dichoso apaño aguantara hasta el final. Una nueva rotura de este cabo de fortuna, claramente infra-dimensionado para las cargas a las que estaba sometido, significaría perder toda opción de pelear por el premio final. Entre olas cada vez más grandes, en silencio, admirando a ratos el grandilocuente escenario que la Isla Dragonera ofrecía y saboreando el privilegio de compartir con mi tripulación un día tan especial, se acercaba el momento… aquel en el que cruzaríamos la línea de llegada tras el faro rojo del Puerto de Andratx  y que terminaría de dar un significado a tantos esfuerzos, a tantísima pasión y genuina deportividad.

He pintado mucho y he navegado y escrito lo suficiente como para valorar lo feliz que he sido junto a mis amigos, mis rivales y mis sueños. Tal y como expresé en su día, “quisiera entonar tantas emociones al cruzar la línea de llegada mientras siento rehilar la orza bajo mis pies, que quizás estas solo tengan sentido lejos de tierra, encarado al viento y frente a un extraordinario mar, así que una vez más las dejaré volar aquí…”

En  el Trofeo Presidente los vencedores en sus respectivas clases son el Nadir V, de Pedro Vaquer y el Andiria, de Tomeu Ozonas. En esta contendidísima edición de la Liguilla Dos Estaciones, la decimosexta, dos nombres en el escalón más alto del podio: Nadir V y Macarella, de Juan de la Cruz & Miguel Pessarrodona. El primero por tercer año consecutivo, también consigue el Trofeo Isla Mitjana, obra pictórica que se otorgará al vencedor del mayor numero de pruebas. De distintas maneras y en diferentes clases, los dos tienen un protagonismo interpretado de formas diferentes con un resultado igualmente gratificante e importante.

En la clase 1/2 Ropit IV, de Matias Enseñat y The Italian Job III de Scott Beattie, Bachibuzuk, de Pep Lluis Homar y Cremise, de Sebastian Palmer en la clase 3/4 completan los puestos de honor. Todos cuantos siguen merecen un aplauso al seguir un año más participando y contribuyendo al éxito de una regata activa, numerosa y muy afianzada en el calendario, gracias a la apuesta, la voluntad, la dedicación y la competencia de un Comité y un Club muy implicados con sus regatistas.

Con paella, vino, cava, música en vivo y camaradería continuaría la fiesta, agasajados por una Cantina que está siempre en nuestros corazones. Con los arreboles de un extraordinario anochecer, otra regata y otra temporada ha concluido. Disfrutemos pues del verano y de lúdicas singladuras hasta que venga el otoño...

Este fragmento, oda a la alegría, de Pablo Neruda, son las últimas letras de este Rincón del Navegante.

Va por todos, regatistas, marineros y gente del mar del Puerto de Andratx.


Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:

contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.

Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!

Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.

No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.


Hasta la próxima… ¡la decimoséptima!


Luca Monzani Mavromatty

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