miércoles, 23 de noviembre de 2011

I Liguilla Tripulación Reducida – Club de Vela Puerto Andratx – 19 de noviembre de 2011

Estábamos esperándo las crónicas del poeta Monzani. Tambien nos manda las fotos de Xavier Sansó, de un fín de semana de los que hacen afición.

I Liguilla Tripulación Reducida – Club de Vela Puerto Andratx – 19 de noviembre de 2011
Primera prueba

A modo de introducción, hacía ya mucho tiempo que se barajaba la posibilidad de introducir en el calendario del Club de Vela, regatas de tripulación reducida, es decir, en solitario o a dos. Esta última especialidad esta en auge más que nunca en nuestro país, véase la Barcelona World Race y mas recientemente la Global Ocean Race en nuestra Palma de Mallorca. Pachi Rivero, Antonio Piris, Iker Martínez y Xabi Fernandez, Alex Pella y Pepe Ribes, Javier Sansó, Guillermo Altadill, Hugo Ramón, todos ellos navegantes, regatistas oceánicos y protagonistas a escala internacional, despiertan la imaginación e inspiración de muchos aficionados, entre los cuales me incluyo. Aunque en muy menor grado, algunos hemos podido disfrutar de alguna prueba en esta disciplina por aguas del Mediterráneo. En el panorama nacional y en las Illes Balears hay varias pruebas de interés hace ya muchos años, adonde compartir “a solas” o a dos el trabajo de una tripulación completa, es precisamente su aliciente, ese encanto y reto que transforma una singladura en una aventura.

Diez y nueve inscritos. Diez y siete veleros alineados en la línea de salida. Una nueva, ya importante regata a dos, nace en el calendario bajo los auspicios de nuestro Club de Vela. La I Liguilla de Tripulación Reducida.
¿Quién lo hubiera dicho hace tan solo unos años?
Una acogida sorprendente por parte de nuestros armadores, que han visto en estas pruebas de sábado, una motivación extra, paralela a las pruebas con tripulación completa de la Liguilla Dos Estaciones los domingos. En total serán cuatro, con un descarte.


Sentado en un habitáculo con sabor de antaño, arranco el motor de un coche clásico. Espero unos minutos, sube a poco a poco la temperatura del agua, del aceite. El sonido recalcitrante de los pistones y su combustión comienzan a variar el timbre al calentarse el motor. Aprieto el embrague, pesado hasta el fondo, primera marcha algo imprecisa, pues el aceite cambio sigue frío, piso muy suavemente el acelerador y soltando delicadamente el embrague ya estoy en marcha hacia una nueva regata.

El club de los coches con un encanto especial, Mallorca Driving, apadrina junto a las Artes Graficas Loracar, nuestro Macarella.

De madrugada la lluvia fue intensa. Amenazados por aguaceros y viento, la flota se hace a la mar. Con viento bonancible de estesudeste, aunque racheado en nuestra rada, se da la salida puntual a las once y dos minutos. Salida directa, recorrido al islote del Toro y regreso. Del procedimiento de salida poco puedo contar, mas que la angustia de no conseguir llegar a tiempo: mientras largábamos amarras se daba la señal de atención, lo cual a mi compañero Rafel y a mi nos puso en un verdadero aprieto, constatando que por una cosa y otra nos habíamos despistado, de tal forma que armar el barco y salir se nos hizo mas largo de lo habitual. Claro, aquello de la tripulación reducida también influye en la preparación. ¡Pero es que el barco ya estaba a punto! Cosas que pasan y se pagan.

Conseguimos cruzar la línea de salida con un par de minutos de retraso diría yo, agotados ya antes de empezar. Tampoco fue tan mal. Con este casi Levante y salida directa, la boya estaba favorecida al estar a barlovento. En nuestro caso, salir por boya fue la única opción ya que estaba más cerca y era la buena. Más arriba, aire más limpio, la flota a sotavento algo adelantada, pero con el viento racheado y un poco rolón, conseguíamos recuperar algo. La Mola no nos atribuló demasiado con su influencia y el paso por ella se hizo razonablemente bien. The italian Job III encabezando la flota hacia el mar abierto separándose de la costa, adonde a la altura de Cap Llamp el viento arreciaba más franco y más a la derecha, ya casi de Xaloc: un largo bordo amurados a babor, seguido de Ana Maria, Ropit IV, S’Avenc y Gruñon jugando más a barlovento; Bachibuzuk, Bulla, Fehurihi a sotavento. La única opción táctica era en que momento virar hacia tierra. Paulatinamente fue haciéndolo toda la flota, primero, para no alejarse demasiado de costa; segundo, para marcar quienes lo hacían antes; tercero, porque realmente el viento parecía irse definitivamente más a la derecha. Con mar llana, esta ceñida estaba hecha para disfrutarla y en relativo silencio. Te encuentras muy tranquilo allí en medio, con el barco vacío sin gente en la banda. Estás dispuesto necesariamente, a hacerlo todo en el barco, ya que en cualquier maniobra faltarán manos. Es una sensación muy distinta a la de costumbre: charlas con tu compañero en voz baja, comentas la siguiente jugada relajadamente, preparas con mayor antelación las maniobras, el barco parece más grande y la navegación solemne.

Mirando al horizonte brillante plateado, el cielo plomizo con algunos claros y cumulonimbos alrededor, unos por fuera, otros por dentro, muy atentos al role que iba y volvía sobretodo a la altura de las Islas Malgrats, empezaron a izarse los spis al virar la baliza del islote. Al contrario que el resto de la flota, que trasluchaba sobre boya para izar spi amurados a babor, nosotros optamos por una izada al natural, amurados a estribor rumbo hacia tierra. Bulla-Cobra por detrás primero hacia fuera, trasluchada hacia dentro, poco convencido volvió a trasluchar, mientras Fehurihi se mantenía a barlovento tras él. Bachibuzuk tomaba la opción más extrema de todos junto con The Italian Job al lado izquierdo del campo de regatas. En el otro extremo pegados a tierra, al llegar el role, con el viento ya de Xaloc, del 140, llegó la trasluchada a la altura de Puerto Adriano. Con el role y bajando de intensidad el viento, conseguíamos no solo recortar distancias, sino que el ángulo era más beneficioso, completando una empopada emocionantísima, sí, aunque el resultado final, las notas, así no lo reflejaron. Regatas.

Ana Maria, del Real Club Náutico de Palma y armado por Jose Juan Torres, vencedor de esta primera y exitosa prueba;

Andrea, de Andres Moragues, segundo, ostentando no solo “el camino hacía el verde”, Otis, sino que una gran competitividad y radiante estreno;

S’Avenc, el célebre Bavaria 40 de Calanova de Toni Marques, armador y “bullero”, (habitualmente trimmer de mayor del Bulla-Cobra) completando este heterogéneo podio.

Mañana habrá más regata: la tercera prueba de la Liguilla Dos Estaciones. Eso sí, también habrá más barcos, más gente, más ruido y dicen por allí que más viento.

Luca Monzani

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