miércoles, 23 de mayo de 2012

Gran final de la liguilla de Andraitx



XV Liguilla Dos Estaciones – Club de Vela Puerto de Andratx – 19 de mayo de 2012
 
Photosailing. Xavier Sansó.
PHOTOSAILING-9381.jpgEl cava cae dorado, blanco y espumoso por dondequiera mojando las caras, los cabellos, las espaldas y las cinturas de los que han vencido y el mismo aire y suelo de los que participaron… a la espuma y las burbujas les acompaña, como si de un baile se tratara, el rápido movimiento de brazos y piernas al compás de una incontenible y desatada euforia que quedaba guardada para su momento. Solo un deseo y una esperanza a principio de temporada en otoño, incluso un sueño, porqué no, ganar esta decimoquinta Liguilla Dos Estaciones, ahora una realidad tras disputar la última de las doce pruebas previstas. La Liguilla más exitosa, numerosa y heterogénea de siempre; la más larga y posiblemente la más competida también. Ahora ésto lo disfrutamos todos juntos, en el bordo a tierra más reconocido por la flota, no cabe duda. Gastronomía al aire libre; una suculenta “fideuá” repartida en varias paelleras; luego la banda de músicos entonando grandes melodías. Tián hoy navegando en tierra para todos nosotros, mientras su Cremise hacia lo suyo en el mar, en la Cantina presentes casi todos los actores de esta bella historia de millas y vela en este festín, en la terraza, en el asfalto del camino y entre los varados barcos. Muchos bailaron, otros cantaron y se hizo de noche…


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El viento hoy no quería despertar. Brisas muy dispersas aquí y allá en una mar llana y un cielo cubierto, eran condiciones apenas suficientes para matar el tiempo probando velas y maniobras en diversos rumbos… genoa arriba, spi abajo, luego a palo seco, inmóviles al pairo e impacientes… malos auspicios para disputar esta prueba. Tras más de dos horas, hizo falta valor y muy buena voluntad por parte del Comité de regatas para montar una regata, con salida y un desmarque al rumbo 220º para luego trazar un recorrido hacia la isla Dragonera, incluyendo la isla Mitjana.

PHOTOSAILING-9468.jpgCon la señal de atención, las evoluciones de la clase 1-2 colocándose en la larguísima línea de salida e inmediaciones, era lenta  surcando el agua calmada apenas rizada por la brisa. El cielo empezaba a clarear y quizás el factor térmico ayudaría a mantener unas condiciones mínimas para navegar.
La dirección del viento de Embat era estable aunque débil y tácticamente no era cuestión de buscar el sitio bueno y favorecido entre Comité y boyarín, sino tener suficiente arrancada y velocidad para avanzar.
Cara a la Liguilla, lo más interesante era el desenlace entre Nadir V y Meltemi: el primero más grande y con mayor historia en el Club de Vela, el segundo alemán y muy determinado y más constante. A menudo separados en tiempo compensado por un puñado de segundos, han intercambiado el liderazgo a lo largo de toda la temporada. A pesar de navegar en la distancia y peleando más contra el cronómetro y con las ecuaciones y cálculos matemáticos relativas a polares de velocidad y rating, el marcaje entre ambos era evidente y necesario estratégicamente. Por sotavento los dos, cerca de boya con el The Italian Job III en medio, como árbitro. El recorrido previsto les llevaría tras el desmarque a la isla Mitjana, luego al Cabo Llebeitg de la Dragonera, regresando a la boya de desmarque y nuevamente al mismo cabo y con otro tramo de vuelta. Consolidado en el podio, Ropit IV parecía cómodo por Comité; el resto, lejos de darse por vencidos: en primera línea siempre y dispuesto a colarse entre los “buenos” el Banff, acechado con arrojo por Windancer y Gruñon…

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La brisa seguía estable y la señal de preparación para la clase 3 y 4 repartía adrenalina en la flota donde todavía quedaban por definir varias justas… Andiria salía ya como virtual vencedor, aunque en esta prueba, sin descarte posible, cualquier error, rotura o quién sabe qué desavenencia podía costarle esa certeza. No se suele pensar en ello, pero es así y para los perseguidores y rivales directos, Macarella y Bachibuzuk, no existía otra posibilidad que la mala suerte del primero para arrebatarle un merecido triunfo final. De modo que en el podio quedaba por definir la plata y el bronce, con los demás barcos haciendo de árbitros de este maravilloso desafío entre rivales – amigos desde antaño. Lo cierto es que el Bachibuzuk, muy mejorado, ha disfrutado de un momento de gracia a lo largo de toda la temporada llevándole a un muy merecido protagonismo. Su nombre, evoca otras épocas y suena con intensidad dentro de nuestra flota y en el Club de Vela. Pep Lluís, Pau Toni y sus muchachos han ido a por todas y hoy lo iban a dar todo más que nunca. Una rivalidad empatada en más de una ocasión en otras aguas con el Macarella y que hoy, no iba a ser menos, ni iba a defraudar con esta ventolina. Cremise quedaba huérfano de patrón y de caña, trabajando ambos: Julián para sus señores a bordo en algún lugar del Mediterráneo; Bulla – Cobra en busca del nivel que le corresponde, Fehurihi muy en forma creciendo en fama y palmarés; Calabruix y Andrea peleando desde la retaguardia para asomar el frente.


Una regata en sí, es un reto independientemente del escalafón y del resultado final, así que una prueba de fin de curso como ésta, además de ser el Trofeo Presidente, con las velas izadas y más de treinta barcos cerca de tí es suficiente estímulo como para sacar lo mejor que se tenemos, sin reservas y con pasión. El Comité apostó por ello… gracias Miguel Gamundí y todo tu equipo.

Señal de último minuto: al igual que los grandes, la aproximación a la línea se hizo lentamente, de igual manera el marcaje, las orzadas y caídas defendiendo tu hueco… Bulla por detrás mostrándose con velocidad empujándonos hacia la línea, Andrea – Otis por la amura de sotavento más lento en proa, Calabruix en el Comité y Andiria por la aleta de barlovento. ¿Pero dónde está el Bachi? ¡Los veo a todos y el único que debería controlar de verdad se me ha escapado! Cosas de una estrategia fallida, aquella que piensas y luego no haces. ¿Por qué? Porque a veces no se consigue estar donde uno quiere, así de sencillo, no cabe lugar para más disquisiciones. Aparece el rival amurado a babor mientras nosotros estamos de la banda contraria… lo ves, fuerzas el ángulo hacia el viento intentando no perder velocidad… muy difícil o imposible azaña; intentas forzar su caída por tu popa ostentando tu preferencia… pasan los segundos como si fueran minutos,  navegando lentamente, en silencio, con la tripulación en la banda de sotavento, a la sombra de la vela de proa… sólo escuchan y sienten el flujo de aire que se genera entre esta última y el aparejo y te miran, atentos, impacientes esperando un gesto, una palabra, incluso un grito… como si fueran al encuentro de un inminente abordaje y siempre convencidos de poder derrotar al gran rival. Nada que hacer. Llegados al “lay line” del desmarque, nos cruza la proa y monta la boya el primero. Viramos con Andiria a nuestro través por sotavento, Bulla por popa y todos los demás también, bastante alejados ya. Nada mal a pesar de perder el primer asalto. Un largo través con spi ligero, nos permitía a todos avanzar rápidamente hacia la isla Mitjana, aunque en este rumbo, sabemos que no somos lo suficientemente rápidos con respecto a nuestros rivales. En el intento de compensar nuestra desventaja, le cedo la caña a Elvira, Juan sigue su gran labor en la mayor y en la braza mientras cojo la escota de spi para trimar, uniéndome al resto de la tripulación en la banda. El peso más a proa, caza, cae, orza, racha, sigue, bien, muy bien, agua, coca cola y sándwich…
Nos defendimos como pudimos pero contra la fuerza, la razón no vale. Perdíamos unas esloras y el Bulla nos adelantaba. Aún quedaba mucho por hacer. Al virar el pequeño islote, arriando el spi con muy pocos metros de agua bajo la quilla, empezaba una breve e intensísima ceñida. La flota partida en dos, Bachibuzuk, Andiria, Bulla, Macarella y el resto ya muy separado. Los cuatro en un mano a mano, rozando las piedras de la cara Este de la Dragonera, oliendo a romero y olivo silvestre, bordo a bordo y recortándole distancias al frente: en estas condiciones andábamos muy bien, magnífico, memorable. Alcanzábamos a los más lentos de la clase mayor… Nadir V viraba en Llebeitg el primero izando su oscuro “Code Zero”;  Meltemi, The Italian Job III y Ropit IV le seguían… parecían lentos tras su estela. Luego Gruñón, Windancer y Banff pegado a él.

El viento y el sol se mantuvieron hasta el final.

Nadir V y Bachibuzuk ganadores del Trofeo Presidente y última regata de la temporada del Club de Vela. Meltemi y Ropit, Andiria y Macarella completaban el podio en sus respectivas clases.

… muchos bailaban y se hacía de noche…

En literatura, nadir es el momento en el que el héroe llega a su punto mas bajo moralmente. El Nadir V de Pedro Vaquer, manifiesta todo lo contrario, venciendo y convenciendo en la clase 1 y 2: bien preparado, afinado con detalle y con tripulaciones de primer orden siempre, ha conseguido otra Liguilla en su palmarés y otra obra pictórica en su colección.
Al viento etesio del mar Egeo, que ruge con fuerza a partir de mayo y hasta septiembre, le llaman Meltemi, el único viento previsible y estable de este mar Mediterráneo tan complejo e imprevisible. El Confortina de Holger Diekmann, ha destacado por las mismas razones del primero, destacando su constancia y regularidad tal y como el viento que inspira su nombre. Ambos han sido imbatibles toda la temporada y no han dado opción alguna al resto. En conclusión, solo un minuto y medio y un punto, han decidido el gran final. Ropit IV de Matías Enseñat, completa un podio muy trabajado, siendo protagonista de grandes cambios en su configuración que habrá de seguir poniendo a punto.

… y la euforia brindaba con cava…

Hace poco descubrí que Andiria es una isla lejana, perdida en medio del Océano Pacifico, lugar donde un día su armador quiso perderse. Hoy, este nombre, el del barco de Tomeu Ozonas, es el ganador de la reñidísima y numerosa clase 3 y 4. Su segunda Liguilla consecutiva y una gran temporada, obra de una tripulación que ha sido muy regular, navegando con acierto y que ha cometido muy pocos errores con un barco ciertamente muy equilibrado y rápido, un Bavaria 350 de los de hace tiempo.
Ni el Macarella de mis queridos Juan de la Cruz y Miguel Pessarrodona, ni el Bachibuzuk, pudieron con él a pesar de un final de temporada igualadísimo y emocionante. Con el veterano Furia 33, con suertes alternas y algún fallo táctico costoso, conseguimos un año más estar en el podio, esta vez segundos, con una bien conjuntada tripulación, con el apoyo de los coches clásicos de Mallorca Driving y las artes gráficas de Loracar, peleando y mostrando siempre esos colores de toro castizo con determinación, esfuerzo y alegría.

Una tribu turca que arrasaba allá por dondequiera que fueran y que no hacían caso de nadie en ninguna parte, los Bachibuzuk, fueron quienes inspiraron al Capitan Haddock a incluirles en el amplio repertorio de insultos extravagantes que propinaba en sus historias… Pep Lluís y sus muchachos han vuelto con este First 35 s 5 a la escena con autoridad, sacándole punta al barco, a las velas, a la táctica, a la maniobra… a todo en definitiva y consiguiendo resultados, navegando en tiempo real por delante de todos y defendiendo el rating holgadamente.

Con su forma de volar perezosa e imperturbable, el halcón Eleonor domina nuevamente los acantilados de la Dragonera. Los crepúsculos se llenan de sus vuelos nupciales lanzándose en vertiginosos picados sobre el mar y persiguiéndose unos a otros a gran velocidad en estrepitosos grupos. Tras anidar y una vez que pase el verano, emprenderán de nuevo su migración de más de nueve mil kilómetros hacia Madagascar. En ese momento comenzará una nueva Liguilla, la décimo sexta.

Literatura, pintura, fotografía son medios a disposición para representar una gran regata con grandes intérpretes. Con dedicación y perseverancia la inspiración somos todos que sacamos el barco a navegar, participando con los demás en una regata que nos congrega puntualmente en un Club de Vela dedicado y solvente. Me hago portavoz de unas experiencias vividas que ya son historia, que forman parte de unos recuerdos. Releo una regata tras otra y revivo con serena satisfacción todo aquello que en el mar vive y lo surca. Mientras lo hago, busco tonos en unas imágenes que son parte indisoluble de este documento y que Xavier Sansó en primera fila, ha retratado con maestría e intachable dedicación. El resultado entre el teclado de un ordenador, las cerdas de un pincel lleno de color sobre una tela y el disparo de luz a través de un objetivo, espero nos conduzca a nosotros regatistas y aquellos espectadores que nos siguen, a compartir muchas más regatas regresando a puerto siempre sanos y salvos para contarlo. Si no, no tendría gracia.

Gracias a todos

Luca Monzani

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