miércoles, 20 de marzo de 2013

XVI Liguilla Dos Estaciones – Club de Vela Puerto Andratx – 16 y 17 de marzo de 2013


Quinta y Sexta prueba .- Puerto Andratx – Ca’n Pastilla – Puerto Andratx.
 
 En el ecuador de nuestra Liguilla Dos Estaciones y tras haber recorrido sobre la carta náutica cuarenta millas en dos pruebas navegando de ida y vuelta a Ca’n Pastilla, en la bahía de Palma, ya de noche, al amarrar el barco hago cuentas de lo sucedido a bordo y en tierra. Tras una extenuante regata disputada junto a  mi tripulación, estoy ahora demasiado agotado para escribir dignamente; pero con un lápiz y un papel, anoto unas palabras sentado en la mesa de cartas entre velas y ropajes mojados…
 Sábado: ida, Puerto Andratx – Ca’n Pastilla. Viento del 130º SW 15 nudos, bonancible a fresquito rolando a izquierda. Cielo muy gris y tímido sol. Mar de poniente. Ceñida intensa hasta el islote del Toro y Punta Figuera. Descuartelar cruzando la bahía hasta llegada. Torrada “self service”. Trofeo Presidente de Club Marítimo de San Antonio de la Playa. Noche en puerto…

Domingo: vuelta, Ca’n Pastilla – Andratx. Siguen los grises cielos y calma chicha. Salida a rumbo directo con brisa débil del 300º NW. Calma total.. avanzando con débil corriente, las olas y el vaivén de las velas. Brisas del SW girando a NW. Mar vieja y línea de viento en el horizonte lejano (extremo SW de la bahía).

¿Cuántas izadas y arriadas de genova y de spi? ¿Hasta cuándo aguantar?

Sábado por la tarde, Club Marítimo de San Antonio de la Playa: entran las embarcaciones en puerto tras cruzar la línea de llegada a pocos metros de la orilla. Son los días de la regata Arenal Training Camps Trophy, pruebas de entreno cara al Trofeo SAR Princesa Sofía. Una marea de clases olímpicas surcando las aguas frente a la playa de Palma, que coinciden inequívocamente con nuestra flota cada año a la misma hora, más o menos, para generar un escenario de colores, cruces arriesgados y algún agravio… Ellos, los atletas olímpicos, nos toman por “domingueros” a las primeras armas con esto de la navegación, sin saber que somos ¡la flota del Puerto de Andratx! que cruzamos la bahía, que arrumbamos con arresto y con pleno derecho respetando las normas de navegación y las prioridades que ellos, demasiado a menudo, olvidan…

Cae la tarde… desolada, gris, seria y fría en el asfalto robado a la playa. El arsenal de luces del paseo, de sus edificios, de los hoteles, de los restaurantes y bares se enciende. Las tripulaciones surtas conversan aquí y allá al reflejo de las humeantes hogueras también recién prendidas en la sobreelevada terraza del Club, hoy anfitrión y que celebra su Trofeo Presidente conjuntamente con nuestra regata.
Una espectacular ceñida hasta el Faro de Cala Figuera acompasa nuestro paso al abrir escotas tras él. Unos por tierra y otros por mar interpretarían la evolución de la brisa en la que Andiria, Cremise y Always en la clase 3 y 4 y Nadir V, MYC One y The Italian Job III acertarían, aunque no del todo, ya que no sólo hay que acertar, sino hacer caminar el barco y rápido… Mi amigo Scott Beattie afirmaba y permítanme la licencia de transcribir sus palabras: “It`s a pitty, today was our day”… Tuvieron algún lío a bordo. Con casi veinte nudos de viento y mar formada, era verdaderamente un día perfecto para sus sesenta pies de eslora, su mástil de carbono, sus cuatro metros y medio de calado y sus doscientos cuarenta metros cuadrados de superficie vélica ciñendo. El bronce le supo a poco. A Mateo Ferrer sin embargo, del Always y sus británicos de s’Arracó, le supo a gloria el merecido tercer lugar conquistado. Es una tripulación capaz de sorprender a los más avezados sin aviso en un día de regatas cualquiera.
Con la torrada se enmarcaría lo social de esta escapada con viandas y vino en abundancia aunque sólo aquellos que conocen los artes de la brasa, comerían bien. Y es que encontrarle el punto a la carne, al chorizo y a la chistorra no es tan fácil. Después de trajinarse cada uno lo suyo, la noche aún era joven…

Releo mis apuntes para continuar escribiendo como si se tratara de un soliloquio de imborrables imágenes esbozadas en un momento de gran satisfacción…

Domingo por la tarde, en medio de la bahía: hemos agotado ya cinco horas de lentísima y dificil navegación. No hemos llegado a completar ni la mitad del recorrido, maniobrando sin cesar con incontables cambios de vela, con un viento inexistente la mayor parte del tiempo y en un mar en el que la línea del horizonte no se distingue del cielo y en el que consigo ver reflejada mi cara, al asomarla por la borda… un espejo que es surcado a cámara lentísima por una flota tenaz y volcada en la competición. Para grandes y pequeños, el desafío táctico es grandilocuente y apasionante como nunca antes. Pero a estas alturas el mal tiempo hace mella en las tripulaciones… bien para aquellos “forasteros” que deben coger un vuelo de noche, como para aquellos que no ven salida a continuar en semejantes condiciones meteorológicas o sencillamente para los que no entran en la tómbola de los caprichos de la naturaleza y de la regata, empiezan a caer las esperanzas y con ello llegan los abandonos. Suena el teléfono con un mensaje: “Nos hemos de retirar. ¡Ánimo y suerte! Firmado Gaby. Vimos su barco azul muy de cerca durante varias horas. Ya a motor el Banff se alejaba en la calma. Nadir V hizo lo mismo y le siguieron más. Impasibles, en ambas clases, aun resistían muchos… al frente de la clasificación general, no hay otra opción… hay que seguir apurando mirando hacia arriba, trimando, maniobrando y luchando sin cesar, con mucha paciencia. Gracias a la unidad a bordo, el tesón necesario para mantenernos en liza se mantuvo hasta el final. Xavier presente con los colores de Photosailing invitado de excepción toda la regata, pudo retratar genuinamente la templanza a la que me refiero. Sale el sol antes del anochecer, iluminando a lo lejos a quienes acertaron de lleno con el hado a favor o con habilidad, no importa… antes de que la calima y la oscuridad les hiciera desaparecer muy por delante de nosotros sin llegar a ser alcanzados por un frente potente de lluvia y embravecido viento, Bulla y Fehurihi escaparon… Nos dejaron atónitos a los cuatro, protagonistas del apasionante combate que ya son las Dos Estaciones del Club de Vela.

Lunes por la mañana… en casa: retomo cuanto pude esbozar ayer y también todo cuanto escrito y continúo sin dilación, expresando una afectuosa felicitación a mi querido adversario y compañero Alberto Torres, armador del Bulla. Tras un periplo de desafortunadas regatas, de sustos y roturas, esta victoria es un merecido premio a una afición dura de mantener y compartir. Es un halo de inspiración que deseo infunda confianza a su grupo en regatas venideras, en las que su Ro 330 ha de rendir honor al nombre que ostenta. Fehurihi de Carlos Ros le seguía en esa línea de viento en el extremo suroccidental de la bahía, quedando segundo en esta hazaña. Tras casi nueve horas, Macarella tercero… ¿Qué decir de este barco en el que navegamos? Hemos conquistado un pequeño triunfo sobre Andiria, Cremise y Bachibuzuk que nos permite seguir entre los primeros en la clasificación general separados y perdonadme si me repito, los cuatro, por un puñado de puntos. Enhorabuena a mis chicos, a los jóvenes y a los mayores; el barco funciona incluso en condiciones no tan favorables.

Es de noche otra vez y he dejado para el final a los grandes, a la clase 1 y 2. En algún momento de la tarde de ayer llegamos a superar a muchos de éstos que finalmente se retiraron. De los demás poco puedo escribir tras el paso de Cala Figuera: hubo algo de viento en el otro lado que duró hasta que llegaron ellos fuera de la bahía hacia el sur y en todo el litoral de poniente y que les permitiría avanzar hasta la llegada en la Mola. Ropit IV de Matias Enseñat ganaría la regata por un estrechísimo margen sobre el MYC One. Fragil V de Francisco Gil, tercero. Gracias al triunfo del primero de éstos, aquí ahora son tres los que se disputan la gloria concluyéndose así la sexta prueba de esta Liga.

Otra singladura. Otra vez regresamos a puerto sanos y salvos. Al final ésto es lo que de verdad importa, aunque nos guste pelear e incluso sufrir por ello.



Buenas noches.



Luca Monzani

     




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